LOVE LETTERS

Héctor Noguera  dirige  y  protagoniza exitosa  obra  nominada  al  PULITZER.

Actores como Elizabeth Taylor y Paul Newman han protagonizado antes la pieza, escrita en 1989. Junto a Shlomit Baytelman, el actor estrena mañana Love letters, en la sala LADRÓN DE BICICLETAS.

 

EL PODER DEL TEXTO

El 1 de diciembre de 2007 y tras 24 años de ausencia, Elizabeth Taylor volvió a pisar un escenario. No era cualquier regreso. Apesar de movilizarse en una silla de ruedas, la actriz, en esa época de 75 años, llegó envuelta en pieles al Teatro Paramount en Hollywood para dramatizar, junto al actor James Earl Jones, el aclamado texto de A.R. Gurney, Love letters. Quería así recaudar un millón de dólares para su fundación contra el Sida. Fue todo un éxito. No sólo porque logró reunir los fondos, sino porque la actriz superó las expectativas al encarnar magistralmente el papel de una mujer que por décadas mantiene un amor por correspondencia.

El mismo A.R. Gurney, sentado entre la audiencia, se mostró emocionado: “Siento un escalofrío adicional al ver la belleza y talento de Elizabeth Taylor en un papel que soñé muchas veces para ella”. Estrenada en EE.UU. en 1989, la obra fue nominada a un Premio Pulitzer y desde entonces suma innumerables versiones teatrales, algunas de ellas con actores de la talla de Paul Newman, Charlton Heston, Sissy Spaceck, William Hurt, SigourneyWeaver y Alain Delon.

Mañana, Love letters debuta en una nueva versión, a las 21.30 horas, dirigida y protagonizada por Héctor Noguera en la sala Ladrón de bicicletas, junto a la actriz Shlomit Baytelman. “La idea nació del productor argentino Miguel Schapira”, cuenta Noguera.“El formato de la obra es muy sencillo, es una lectura de cartas de dos personas que toda la vida se están escribiendo, porque sólo se encuentran temporalmente al final de sus vidas para rememorar su correspondencia. Toda la riqueza de la obra radica en el poder de las palabras.

 

 

El poder del texto Catalogada por The New York Times como “teatro en estado puro”. Una de las mejores obras de teatro  contemporáneo”, Love letters  muestra a Andrew, un ambicioso abogado, y Melissa, una rebelde actriz, que por 50 años han  mantenido una relación epistolar.

Ya en la madurez de sus vidas, se reúnen para repasar su historia. “Ambos se casan,  tienen hijos, se separan, tienen problemas de todo tipo,alcoholismo y de drogas, pero mantienen un centro, que son las cartas. La relación más importante de sus vidas es la epistolar. Todo cambia, pero ellos mantienen ese vínculo”, agrega  el director. Sentados frente a una mesa y sin muchas más  herramientas que la propia interpretación, los actores van leyendo las cartas y moldeando a sus personajes. Así de simple lo concibió A.R. Gurney, quien hace un tiempo definió las claves de Love letters:  “Es una especie de juego, que casi no necesita teatro. Sólo una  actriz y un actor de casi la misma edad leyendo uno al lado del otro. Sin mucho ensayo, sin ningúna escenografía especial ni tampoco la memorización de las líneas o el compromiso  de los actores más allá de la noche del  montaje”. Para Baytelman, la propuesta, aunque simple, ha sido un desafío. “Es muy distinto a lo que un actor hace siempre. Porque tampoco se trata de pararse y leer, si de   envolverse en el personaje y descubrirse uno mismo como persona. Por eso es tan inteligente el texto, porque es capaz, a través de detalles, de construir todo el contexto y resumir en poco menos de dos horas las alegrías, tristezas, ironías y disgustos de dos vidas opuestas, pero que han ido en paralelo”, acota la actriz.